5/4/11

Virus Hendra - OMS





Datos y cifras
El virus de Hendra puede causar enfermedades respiratorias y neurológicas mortales.
El virus de Hendra puede ser transmitido al hombre por los caballos.
El virus de Hendra puede provocar enfermedades graves, a veces mortales, en los caballos.
No hay ningún tratamiento ni vacuna disponible para las personas o los caballos.
Los murciélagos fruteros de la familia Pteropodidae son el huésped natural del virus de Hendra.
El virus de Hendra es un raro virus zoonótico (transmitido al hombre por animales) emergente que puede causar dolencias respiratorias y neurológicas, a veces mortales, en el ser humano. También puede afectar gravemente y matar a los caballos, lo que entraña pérdidas económicas considerables para los criadores de esos animales.

Bautizado originalmente como morbilivirus equino, el virus de Hendra pertenece al género Henipavirus, una nueva clase de virus de la familia Paramyxoviridae, y está muy relacionado con el virus Nipah.

Aunque solo ha causado unos cuantos brotes, el potencial del virus de Hendra para seguir propagándose y causar enfermedades y defunciones en las personas constituye un motivo de inquietud para la salud pública. Esa preocupación se ha acentuado a raíz de los brotes más recientes, pues los síntomas sufridos por los caballos han pasado a ser en buena parte neurológicos más que respiratorios. Esto lleva a pensar en una posible diversificación genética de la cepa, que podría desembocar en un virus más infectante.

Brotes
El virus de Hendra se identificó por primera vez en 1994 en un brote de infección respiratoria aguda que afectó a 21 caballos en Australia. Resultaron infectadas dos personas, una de las cuales falleció. Desde entonces ha habido otros diez brotes, todos en Australia, y en tres hubo casos humanos.

Transmisión
El virus de Hendra se transmite a las personas por contacto estrecho con caballos infectados o con sus líquidos corporales.

Hasta la fecha no se ha registrado ningún caso de transmisión entre personas del virus de Hendra.

Signos y síntomas
Las manifestaciones de la infección humana por el virus de Hendra varían desde un cuadro seudogripal leve hasta problemas respiratorios o neurológicos mortales. Los infectados presentan inicialmente fiebre, cefalea, mialgias (dolores musculares), dolor de garganta y tos seca. A veces presentan también adenopatías, letargo y vértigo.

El periodo de incubación (intervalo entre la infección y el comienzo de los síntomas) es de cinco a 14 días. Hasta la fecha ha habido seis casos humanos confirmados, incluidas tres defunciones.

Uno de los fallecidos desarrolló neumonitis, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal y trombosis arterial, y murió de paro cardiaco.

Otro de los fallecidos desarrolló un cuadro neurológico inhabitual de carácter progresivo del que finalmente falleció. Inicialmente sufrió una inflamación cerebral (meningoencefalitis) leve, con dolor de garganta, cefalea, somnolencia, vómitos y rigidez de nuca. Tras el tratamiento con antibióticos, se recuperó totalmente, pero 13 meses después desarrolló signos de encefalitis que evolucionaron a coma y muerte.

Los tres infectados se recuperaron totalmente y no han sufrido secuelas ni recaídas.

Diagnóstico
La infección por virus de Hendra se puede diagnosticar mediante diferentes pruebas de laboratorio:

seroneutralización;
inmunosorción enzimática (ELISA);
reacción en cadena de la polimerasa (PCR);
inmunofluorescencia; y
aislamiento del virus en cultivos celulares.
Tratamiento
Actualmente no se dispone de ningún medicamento o vacuna para tratar la infección por virus de Hendra. La atención sintomática intensiva es la principal estrategia para manejar los casos humanos de infección.

Huésped natural del virus de Hendra
El murciélago frutero de la familia Pteropodidae –en particular la especie de la categoría Pteropu es el huésped natural del virus de Hendra. Aparentemente este no causa ninguna enfermedad en esos animales.

Se cree que la distribución geográfica de Henipavirus se solapa con la del género Pteropus, hipótesis que se ha visto reforzada por la detección de casos de infección por Henipavirus en murciélagos Pteropus de Australia, Bangladesh, Camboya, China, la India, Indonesia, Madagascar, Malasia, Papua Nueva Guinea, Tailandia y Timor-Leste.

Recientemente se han hallado murciélagos fruteros africanos del género Eidolon, familia Pteropodidae, positivos para anticuerpos contra Nipah y Hendra, lo que indica que estos virus pueden encontrarse en las zonas geográficas habitadas por Pteropodidae en África.

El virus de Hendra en los caballlos
Entre los animales domésticos, el caballo es la única especie que puede verse infectada de forma natural por el virus de Hendra. La infección puede adoptar diversas formas desde un proceso asintomático hasta un síndrome respiratorio o neurológico mortal. En los casos mortales la enfermedad dura como media unos dos días.

Los síntomas de la infección equina por virus de Hendra no son notablemente distintos de los asociados a otras enfermedades respiratorias y neurológicas del ganado caballar. Se sospechará esa causa cuando haya también murciélagos en las proximidades, o bien casos humanos de síndrome de distrés respiratorio agudo o encefalitis. En general los brotes equinos de virus de Hendra se producen entre una y dos semanas antes que los casos humanos; la detección de esos brotes puede llevar a adoptar medidas preventivas para intentar evitar los brotes humanos.

El periodo de incubación (intervalo entre la infección y el comienzo de los síntomas) en los caballos varía entre cinco y 16 días. La tasa de letalidad en esa especie es de alrededor de un 75%.

El paso del virus de Hendra de los murciélagos fruteros a la población caballar es infrecuente. La vía de transmisión más probable es la contaminación de los pastos o el forraje por líquidos de parto o tejidos fetales infectados de los murciélagos.

Prevención
Prevención de la transmisión equina
No hay ninguna vacuna contra el virus de Hendra. Se supone que la limpieza y desinfección sistemáticas de las caballerizas es una medida eficaz para prevenir la infección.

Si se sospecha un brote, las cuadras se someterán de inmediato a cuarentena. A veces es necesario sacrificar a los animales infectados –supervisando estrechamente su enterramiento o incineración- para reducir el riesgo de transmisión al hombre. La restricción o prohibición de los movimientos de los caballos de las cuadras infectadas a otras áreas también puede atenuar la propagación de la enfermedad. Como los casos humanos de infección por virus de Hendra se ven precedidos por brotes equinos de la enfermedad, el establecimiento de un sistema de vigilancia veterinaria que detecte los casos nuevos es fundamental para garantizar la alerta temprana de las autoridades veterinarias y de salud pública.

Reducir el riesgo de infección de las personas
A falta de una vacuna, la única manera de reducir los casos humanos es la sensibilización acerca de los factores de riesgo y la educación de la población sobre las medidas que pueden tomar para reducir la exposición al virus.

Los mensajes educativos de salud pública deben centrarse en lo siguiente.

Reducir el riesgo de transmisión de los caballos al ser humano. Siempre que se manipulen animales enfermos o sus tejidos, así como al realizar autopsias, se usará equipo de barrera como guantes, batas, mascarillas y protección ocular.
Reducir el riesgo de transmisión de los murciélagos a los caballos. Los abrevaderos y comederos para caballos deben reubicarse en zonas alejadas de las elegidas por los murciélagos para posarse o alimentarse.
Control de la infección en los entornos sanitarios
El personal sanitario que atienda a los pacientes con infección presunta o confirmada por el virus de Hendra o que maneje sus muestras deberá observar las precauciones habituales de control de las infecciones.

Las muestras obtenidas en personas o caballos con presunta infección por virus de Hendra deberán ser manejadas por personal debidamente preparado en laboratorios equipados al efecto.

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